Honduras también dejó de tener la ciudad más violenta del mundo, según el listado que cada año hace la organización mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal.
Durante cuatro años, San Pedro Sula había ocupado el primer lugar como la urbe más violenta del planeta por promedio de homicidos por cada 100.000 habitantes, pero en 2015 fue desplazada por Caracas.
Según el último ranking, con 3.946 asesinatos, la capital venezolana tiene un promedio de 119,97, mientras que en San Pedro Sula, con 885 homicidios, el promedio es de 111,03
Las claves del éxito de Honduras
Precisamente la Fusina, consideran en el gobierno, es una de las explicaciones para la reducción en la tasa de homicidios.
Creada apenas llegó Hernández al poder, quien dijo que haría lo que fuera necesario para combatir la inseguridad, cuenta con integrantes de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia, además de agentes migratorios y de inteligencia.
Son en total unos 18.000 funcionarios, la mayoría policías y soldados, que «han permitido hacer un trabajo coordinado en materia de seguridad ciudadana, ha sido fundamental», le dice Santos Nolasco a BBC Mundo.

El portavoz rechaza que se trate de una «militarización» aunque en la práctica pocos dudan del creciente rol de las Fuerzas Armadas.
«Es producto de un trabajo en equipo», apunta el vocero de la Secretaría de Seguridad, Leonel Sauceda.
En diálogo con BBC Mundo destaca el fortalecimiento de las instituciones, el mejor equipamiento y el mayor talento de los agentes que han hecho posible, por ejemplo, la captura de cabecillas de carteles del narcotráfico que luego fueron extraditados a Estados Unidos y la desarticulación de más de 170 bandas delictivas.
<span >La militarización
Hernández, de 47 años, desplegó en las calles a la Policía Militar de Orden Público y delegó en los militares las tareas de inteligencia policial y las operaciones antinarcórticos.
Con el aumento de la recaudación producto de la Ley de Seguridad Poblacional, que grava las transacciones bancarias con una tasa del 0,3%, por ejemplo, se incrementaron los fondos destinados al combate a la violencia.
Desde 2012 y hasta octubre de 2015, la tasa de seguridad le generó al Estado unos US$400 millones, destinados en un 40% a la secretaría de Defensa, 17% a la de Seguridad y 9% a la Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia.
La tendencia a la militarización de las fuerzas de seguridad no comenzó con Hernández pero sí fue quien lo «institucionalizó», le dice a BBC Mundo Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de Violencia.
Y los recursos adicionales permitieron una mayor presencia militar hasta alcanzar los más de 15.000 efectivos, 5.000 de ellos pertenecientes a la Policía Militar.
A ello hay sumarle 13.500 policías y unos 120.000 guardias de seguridad privados, que sirven para dar una imagen del panorama al que se ven expuestos los 8,5 millones de hondureños.
Para el gobierno ha sido crucial, por ejemplo, la introducción el año pasado de los escudos áereo marítimo y terrestre que derivaron en una reducción del 70% del paso de droga por el país.